«Durante décadas Londres fue considerada la capital del mundo. Entre 1831 y 1925 fue la ciudad con mayor población del planeta y su crecimiento eran tan vertiginoso que se debió pensar en una nueva forma de transportarse. Así nace el primer metro de la historia en 1860, el “London Underground”; un tren subterráneo que recorría la ciudad y que luego sería replicado en las principales capitales del mundo, incluido nuestro país. Pero no sólo el tren y sus estaciones marcaron la vida de los londinenses, también lo hicieron sus afiches.
El hombre que le dio el sello distinto a los posters del metro londinense fue Frank Pick, un joven abogado, especialista en estadística, con una gran cultura visual y formado en la tradición victoriana, quien fue nombrado jefe de publicidad y relacionador público del tren metropolitano: “Podría pensarse que el propósito de los afiches, debe tocar temas relativos a la información en estaciones y seguridad de pasajeros, sin embargo para mí es importante que el afiche tenga como objetivo establecer un buen nombre y fomentar el entendimiento entre el pasajero y la empresa”. Eso comentaba Pick en 1929, y así solicitó la colaboración de los mejores afichistas de la época e invitó al eminente tipógrafo y calígrafo, Edward Johnston, para el diseño del logotipo, el que hasta hoy es un verdadero símbolo de la ciudad; un círculo con una barra horizontal y una tipografía moderna».
Oscar Ríos Carrasco, extracto del catálogo «Un siglo de afiches del Metro de Londres» (2004, UDP).
La exposición reúne destacados afiches emblemáticos del primer tren metropolitano del mundo.
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