Toros, Picasso-Neruda – Sala de Arte

Los Libros de Artistas solían reunir la poesía y el grabado, transformándose en objetos de deseo de artistas, editores y coleccionistas. En el siglo XX hay centenares de ejemplos de aquello, como es la carpeta TOROS Picasso-Neruda, editada en 1960 en París, que exponemos por segunda vez en la Sala de Arte AIEP, siendo un valioso libro de artista, porque congrega a dos de los exponentes íconos de la cultura contemporánea.

La amistad entre Pablo Neruda y Pablo Picasso comienza con la Guerra Civil española. Picasso ya había leído los poemas de Neruda, como el libro Residencia en la Tierra, que el poeta Rafael Alberti le había regalado. Neruda era cónsul en España y en los momentos que el gobierno republicano comienza a perder la guerra, según sus ideales decide ayudar a las personas perseguidas, reuniendo artesanos, obreros, comerciantes, empresarios, artistas e intelectuales para ser emigrados a Chile, con todo el apoyo del gobierno de Pedro Aguirre Cerda. Primero salen a Francia para con posterioridad embarcarse en el Winnipeg.

Eso sin duda impresionó a Picasso, radicado en París, donde se habría producido el primer contacto entre ambos. Neruda retorna a Chile, donde inicia su carrera política que lo lleva a ser elegido Senador de la República por Tarapacá y Antofagasta. A los pocos años, será perseguido y vivirá la clandestinidad durante el Gobierno de Gabriel González Videla. Picasso participará en la campaña para salvarlo de la cárcel tras el desafuero político del poeta. Neruda llega a Francia desde Argentina, país al cual logró escapar atravesando con grandes riesgos la Cordillera de Los Andes.

A Francia ingresa con documentación falsa, gracias a que su amigo, el escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias, que cumplía funciones diplomáticas en Buenos Aires, le prestará su pasaporte para que pueda viajar. Ya en Francia, el primero en ser informado de su llegada es su amigo Pablo Picasso, que lo esconde en casas de amigos mientras consigue el permiso de las autoridades francesas para que Neruda pueda permanecer en el país y no ser deportado Chile. A través de estos hechos e historias establecieron un vínculo artístico y humano que permaneció en el tiempo, prueba de ello es esta carpeta. Existe correspondencia entre ambos como documentación histórica. Cuando Picasso fallece en abril de 1973, Neruda escribió una carta a la familia del pintor y a sus amigos, donde decía: “Su pérdida para el mundo de la cultura es como si hubiera desaparecido un continente, con sus ciudades y volcanes, ríos y caminos…” El poeta y Premio Nobel fallece en septiembre de 1973, a pocos días del Golpe de Estado en Chile.